LA SEPTIMA CRUZADA OFICIAL

 

El Papa Gregorio IX es quien vuelve a retomar la idea de una Cruzada y todos los Nobles de Francia se sienten atraídos por él a esta idea. Será Thibaut IV de Champagne y Navarra, quien decidirá capitanear esta cruzada y en el mes de Noviembre de 1.239 ya se encuentra en el puerto de San Juan de Acre, su ejercito está compuesto por lo mejor de la nobleza de Francia.

Comienza a preparar todo con la idea de dirigirse en primer lugar a Ascalón con la idea de arrebatárselo a los infieles, pero mientras realizan los preparativos son sorprendidos por él ejercito del Sultán de Egipto, la masacre es terrible, Thibaut a duras penas logra escapar y totalmente afligido abandona la ciudad de Palestina en el mes de Septiembre del año 1.240.

El 23 de Agosto de 1.244 los Turcos logran conquistar Jerusalén y los Francos pierden Tiberiades y Ascalón y en el año 1.245 tiene que enfrentarse al Sultán Salid Eiyoub, que bajo su mandato a reunificado al imperio musulmán,

El Rey Luis IX de Francia siente, entonces, la necesidad de socorrer a los Francos que están en Tierra Santa y vuelve a Cruzarse pero cae enfermo en Diciembre de 1.244, tendrá que esperar hasta Agosto de 1.248 para embarcarse el puerto de Aigües Mortes en su galera favorita Montjoie.

Hace una primera escala en la Isla de Chipre, donde se entrevista con el Rey Enrique I de Lusignan, tras esta reunión deciden que seria conveniente atacar a los musulmanes en sus territorios de Egipto. Pletórico y lleno de entusiasmo el Rey de Francia quiere atacar inmediatamente a los musulmanes, pero los Templarios le aconsejan que espere mejor  a la llegada de la primavera.

Ya en Mayo del año 1.249 parte del puerto de Limassol, pero una tempestad lo arroja el día 4 de Junio a la desembocadura del Delta del Nilo.

El Sultán Salid Eiyoub le está esperando en Damietta con todo su ejercito.

Los Cruzados se lanzan al ataque ya desde el agua y la batalla es terrible por doquier hay cadáveres, pero los Franceses salen victoriosos y los musulmanes deben de abandonar Damietta, siendo este el lugar que escogen los Cruzados para instalarse ya que sobraban víveres y armas.

El recuerdo de la la desastrosa cruzada del Legado Pélage aconsejaba esperar para evitar las crecidas del Río Nilo. Esta espera fue aprovechada por el Sultán para preparar a sus mamelucos para la guerra.

Cuando terminó la crecida del Nilo se había acordado que había que apoderarse primero de la ciudad de Alejandría, puesto que con ello se lograría asfixiar a Egipto, pero ya puestos en marcha, intervino el Conde Robert de Artois, hermano del Rey Luis, y se inclinó por dirigirse hacia el Cairo ya que consideraba que la conquista de Alejandría, solo retrasaría los planes de reconquista de Tierra Santa, aceptar esta propuesto fue lo que motivó el fracaso de está cruzada.

El Sultán del Cairo estaba moribundo y propone a los Cruzados la entrega de Jerusalén y de las ciudades de Ascalón y Tiberiades a cambio de que le permitan salir de Egipto, el Conde de Artois se niega a aceptar la propuesta y el 20 de Noviembre de 1.249, los franceses avanzan a la conquista del Cairo.

El Sultán muere y le sucede en el mando el Emir fakhr El Din, quien espera a los cruzados en la fortaleza de Mansura, fortaleza que está bien defendida por estar rodeada por un profundo canal.

La lucha comienza y los Franceses soportando las quemaduras producidas por el fuego Griego que les lanzan los defensores de Mansura, se lanzan al ataque, pero se ahogan en el canal que rodea la fortaleza, ante la mirada horrorizada de su Rey Luis IX quien según las crónicas exclamó: “ Dios mío, guardad a mis hombres”.

El Rey decide esperar al resto de las tropas en la orilla y ordena a su hermano el Conde de Artois que ocupe la retaguardia y esperar a que todas las tropas estén reunidas para lanzarse a la conquista de la fortaleza, pero el Conde desoye a su Hermano y Rey y se lanza al ataque, penetrando en el campo por un vado del río, sorprende de esta manera al Emir que muere en manos de un caballero Templario.

El Conde de Artois se enardeció por este suceso y sin esperar el apoyo de nadie se lanzo al ataque penetrando en Mansura, en este mismo instante Baibars se ponía al mando de los egipcios.

Las Calles de Mansura son estrechas y ello limita el movimiento de los Cruzados y les hace quedar atrapados, muriendo todos ellos, después de esta victoria Baibars ordena el ataque al ejercito del Rey Luis, que en esos momentos vadeaba el canal, gracias a la intervención acertada de los ballesteros franceses el Rey consigue salvarse, no obstante dos dias mas tarde Baibars vuelve a atacar el campamento Francés, pero la bravura de los cruzados se hace manifiesta y logran derrotarlo, haciéndolo huir hacia Mansura.

El Rey que debería haber aprovechado la retirada de Baibars para replegarse retirarse hacia una ciudad o posición más segura, decidió quedarse allí mismo durante unos 50 dias, dando tiempo a que el Sultán Turan Shah, hijo del Sultán fallecido se preparara para la ofensiva, bloqueó el canal de Mansura y con una pequeña flotilla se dedico a hostigar la resistencia de los cruzados, que ya estaba quebrantada por el tifus, el hambre y la sed.

Enfermo el Rey decide que habia llegado el momento de retirarse a la ciudad de Damietta, pero era demasiado tarde, los mamelucos rodean a los Franceses y el Rey Luis IX cae prisionero. Turan acepta ponerle en libertad a él y el resto de su ejercito a cambio de 500.000 Libras Tornesas, pero Baibars ordenó matar al Sultán y toma él las riendas de las negociaciones.

Como el Rey y sus nobles no tenían suficiente dinero para pagar decidieron pedírselo a los Templarios, pero estos contestaron que según su regla no podían disponer del dinero de la Orden, puesto que lo tenían prohibido y sin la consiguiente autorización no podían tocarlo, por ello intervino el Señor de Joinville y rompiendo con un hacha el cofre cogió todo lo necesario para pagar el rescate, conocedor sin duda de que los Templarios jamás levantarían su espada a un cristiano y menos si este venía con encargo real, ya que esa falta superaría la de dejarse coger el dinero.

El Rey Luis fue puesto en libertad el dia 8 del mes de Mayo de 1.250.

El Rey permaneció otros cuatro años más en Tierra Santa dedicándose a fortificar las plazas fuertes de Jaffa, Cesarea, Sidón, y San Juan de Acre. Además intentó negociar con los mongoles y con los Assassis.

El 24 de abril de 1.254 a consecuencia de la muerte de su madre, la Reina Blanca de Castilla, se ve obligado a abandonar Oriente, dejando a los Poulains, monjes soldados y mercaderes italianos enzarzados en querellas.

Para detener el avance mongol, según René Lachaud, los barones franceses se alían con los musulmanes, ello permite obligar a que los mongoles se replieguen hacia el este.

Baibars es el amo absoluto del Islam y pronto vuelve a sentir la necesidad de expulsar a los Cristianos de Tierra Santa, por ello a principios de 1.265 les arrebata; Cesarea, Safed, Beaufort, Arsuf, y por último la ciudad de Trípoli, Luis IX de Francia ( a quien luego se le llamaría San Luis) decide volver a realizar una cruzada para socorrer a los francos y darle su merecido al Sultán Baibars, pero llegando a las Costas de Túnez fallece, dejando a los Cristianos totalmente abatidos.

Mientras tanto Baibars que no descansa sigue expulsando a los Cristianos de Oriente, para ello conquista la fortaleza de Chastel- Blanc que estaba en manos de los Templarios y después la que la Orden del Hospital tenía en Siria y cuando ya solo le resta atacar San Juan de Acre, se presente el Rey Eduardo de Inglaterra con un ejercito imponente que hace palidecer a Baibars obligándole a suspender el ataque. Firmando con él un tratado de Paz de que duró 10 años y 10 meses.

Esta fue la ultima cruzada que se realizó, luego se perdió al alba del mes de Mayo de 1.287 el último baluarte Cristiano San Juan de Acre, siendo la fortaleza del Temple el último reducto que aguanto la defensa de la ciudad ya que la base de las murallas fue minada y la fortaleza se desplomó sepultando a Templarios y musulmanes.

 

 Fuente consultada: Los Templarios, René Lachaud.

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